sábado, 17 de noviembre de 2012
Y ahora las respuestas hay que encontrarlas en los niños
Y ahora las respuestas hay que encontrarlas en los niños
LENIN TORRES ANTONIO /
VIERNES, NOVIEMBRE 16, 2012
La consulta que realizó el IFE a la población infantil y juvenil es algo significativo y relevante por los momentos de incertidumbre que vive la sociedad mexicana, además que contiene una contradicción y vacío, dejando ver la pobreza de las políticas públicas para resolver esencialmente la violencia y la pobreza que cuestionan nuestro “Estado democrático”.
En primer lugar hay que destacar que dar la palabra al infante representa un salto cualitativo que trasgrede el origen mismo de la naturaleza de los niños, con esto no quiero significar que los niños no tengan la capacidad de pensar, sino que se atenta contra el proceso de la construcción de la misma subjetividad, es decir, con el proceso de maduración del hombre hacia la sujeción al lenguaje y al ámbito ético.
Infante del vocablo latino significa el sin palabra, sin voz, la etapa de la vida humana situada en la imaginación y en la elasticidad del proceso creador. Todavía no hay significantes determinados que le permitan someterse a determinada idea de mundo y sociedad, y fundamentalmente al reino de la eticidad, el reconocimiento del límite de su deseo ante la ley, también mundo, donde la responsabilidad que está en una etapa preliminar, y fundamentalmente se está forjando al sujeto necesario que reproduzca el modelo de sociedad y civilidad.
Darle la palabra al infante significa llanamente responsabilizarlo de algo, el diagnostico, la búsqueda de las causas del fracaso del modelo de sociedad que hemos construido, y la búsqueda de sus soluciones, que debemos hacernos nosotros, los adultos, que es pensar, actualizar nuestro marco conceptual, y permitir renovar nuestras ideas vidas, y también eliminar ideas nocivas que las nuevas generaciones están heredando, cabe destacar, que por sí la cultura nos sitúa en una lucha permanente entre los apetitos individualistas egoístas, y lo que propiamente la cultura llama normalidad, la tolerancia de estar los unos frente a los otros.
Hay que destacar que ese proceso de actualización tiene que ver con la maduración de los hombres que habitan esta sociedad.
Es incuestionable que el tejido social, la cohesión social, la convivencia y el motivo del espíritu de la colectividad se han modificado, y que se filtra por doquier actitudes agresivas e individualistas que atentan contra la propia cohesión social, se hace urgente encontrar el síntoma en la conciencia de los niños más no las soluciones, tenemos que dejarlos que su construcción subjetiva sea producto de la imaginación y creación, y no del despertar en la violencia e incertidumbre, en suma, hacer renacer de las cenizas de esta decadente civilización una nueva era de contenidos humanos armoniosos, y una nueva razón de ser comunitaria.
La democracia y la ciudadanía están enmarcadas por esa posibilidad de la inclusión de la diferencia, y fundamentalmente, en ese proceso de la subjetivización que permite emerger al sujeto ético y tolerante.
Hacer un buen diagnóstico, y buscar respuestas inteligentes al estado actual de las cosas conlleva una ruptura con lo que hemos usado para leer la naturaleza humana, e incorporar corpus epistémico que tengan que ver con la emancipación de la pulsión que habita cada cuerpo humano. Es pensar en una clínica de lo social en lugar de una reingeniería, el problema está en la respuesta de cómo es que llegamos hacer eso que somos, en la construcción de esa subjetividad que ya no nos sujeta al mundo de la corresponsabilidad.
Por eso los balbuceos desesperantes por dar respuesta a algo de sobra conocida, el deterioro de la sociedad, que incluso incluyan en buscar las respuesta en la conciencia de los infantes resulta un síntoma de decadencia, y no es como dije al principio, que lo niños no puedan pensar, sino que lo mejor que pueden hacer es imaginar un mejor mundo, y crear con la omnipotencia de sus pensamiento lo posible en lo imposible. Y nosotros los adultos, hacer real lo que en sus juegos y sueños solo es posible.
http://www.jornadaveracruz.com.mx/Nota.aspx?ID=121116_115144_328.

Esta publicación fue escrita por: Angel Rafael Martínez Alarcón
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